martes, 5 de noviembre de 2013

Invierno

Llamó llorando. No era necesario verla, no era necesario que hablará. Las lágrimas se deslizaban a travez del auricular, logrando inundar mi oído y dejarme un poco sordo. Decidió colgar. Yo decidí intentar volver a dormir.

Hay días realmente pesados; hay noches peores.