sábado, 1 de diciembre de 2012

Yo me opongo

Y mientras una pareja disfrutaba de lo que debía ser el día mas feliz de sus vidas, yo sufría con horrores lo que debe ser la mas aborrecible (para mi) de las tradiciones católicas  una a una fueron presentadas en medio de una normal eucaristía de domingo cuyo sermón machista, después de una lectura de una biblia machista fueron las razones para que los problemas no nos atribulen; se genera una sonrisa hipócrita en las caras de los asistentes mientras el rito comienza y a cada palabra del sacerdote mi cuerpo sufría retorcijones, escalofríos y sufría bajo la mirada impávida de la anciana de junto que me observaba incomodo sin comprender que no soportaba el error que a mi parecer se estaba cometiendo en el recinto.

Como es posible que las personas puedan felicitar y abrazar con tanto cariño a la persona de la que hace pocas horas dijeron cuanto improperio encontraron, me es imposible ver con beneplácito la locura que se llevaba a cabo, esperar horas y horas para recibir una "bendición" en la cual se sellan las vidas y se pierde la noción de amor por reemplazarla bajo la noción de relación.


Evite ver las sonrisas ilusionadas de las mujeres que visitaban el recinto, admito que las fuerzas que recibí para soportar semejante acto debieron ser divinas, pues la siguiente escena no mereció los aplausos recibidos, no mereció la alegría supuesta de los participes, no puedo aseverara con seguridad que debió merecer, pero en aras de ser lo mas tolerante posible procurare no decir mucho mas, una ultima cosa debo aclararles, esto no es una novela, nunca me dieron la oportunidad de decir :


"Yo me opongo".


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