jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Has bailado alguna vez con el diablo a la luz de la luna?…


¿Has bailado alguna vez con el diablo a la luz de la luna?… Mientras te sonreía, y tú querías bailar con un ángel pero sabias que no lo era, tú querías subir al cielo, ese que observabas desde el infierno. Miras a sus ojos y ves fuego… fuego de pasión vacío de amor, lleno de lujuria. ¿Has bailado con el diablo? El diablo que te perseguía en tus peores sueños y en tus mejores pesadillas.

Lo deseas… te desea, pero no puedes dejar de mirar la luna. Te hipnotiza y hace que tus pensamientos de ella no puedan alejarse. ¿Qué es eso que tanto ansías? ¿Qué es eso que tanto añoras? La ausencia de la conformidad no te deja avanzar, sueñas y deseas, pero cuando consigues olvidas.

Tu, que representas a la humanidad en su perfil más egoísta y te has dejado hipnotizar por la luna. Una luna que todo lo mueve y por la que todo lo vale. Bailas con el diablo, pero de repente su cara lujuriosa sedienta de violencia cambia, su rostro se tiñe de nuevos sentimientos y como un susurro casi inaudible se escucha… “te quiero”.

Tu rostro se descompone es algo que no esperabas, pues hasta el diablo ha caído hipnotizado por la luna. ¿Has bailado alguna vez con el diablo hipnotizado por la luna?

Don't hate the player, hate the game.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Entonces, ¿Era Bello Narciso?


"  El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su  autor: Oscar Wilde. Mientras hojeaba sus páginas encontró una historia sobre Narciso.
El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en unlago.
Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde acababa la historia.
Él decía que, cuando Narciso murió, llegaron las Oréades -diosas del bosque- y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulceque era, en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloras? -le preguntaron las Oréades.
-Lloro por Narciso -repuso el lago.
-¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! -prosiguieron ellas-.
Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.

-¿Pero Narciso era bello? -preguntó el lago.

-¿Quién si no tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días.
El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
-Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.
   
-Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza. -¡Qué bella historia! -dijo el Alquimista. "

- El Alquimista, Paulo Coelho.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Yes, you're...


Pregunta absurda.


- Tu me quieres?

- No. ya habíamos hablado de eso.

- Yo lo se, pero yo te pregunto si me quieres.

- Si, yo te quiero.

- Gracias por quererme, yo también te quiero.

- No digas "Gracias", no estoy haciéndote un favor.

- Ok, entonces solo diré que yo también te quiero.

Wanna c my Horn?