sábado, 24 de enero de 2015

Selene

Luna llena y la música suena
mística danza que prolonga la oscuridad
esta noche podría ser eterna
si la suela de mis zapatos se funde con la carne de mis pies
aun si lo hiciera con el hueso no me importa
pues esta noche, la luna esta llena.

Intenta ignorarme
pero la envidia que posees hoy
supera inmensamente mis anhelos de ser como tu
aunque todas las noches tu puedas verla
hoy envidia sientes, de que yo baile con ella.

Mañana todo sera normal
pero, ¿acaso veremos otro amanecer?
¿como asegurar que existirá otra noche?
aun la perenne luna, tiene miedo del tiempo
porque existe un tiempo en que no la puedes ver
un momento en que sus ojos no te observan
en ese instante, yo seré su luna.


martes, 5 de noviembre de 2013

Invierno

Llamó llorando. No era necesario verla, no era necesario que hablará. Las lágrimas se deslizaban a travez del auricular, logrando inundar mi oído y dejarme un poco sordo. Decidió colgar. Yo decidí intentar volver a dormir.

Hay días realmente pesados; hay noches peores.

lunes, 1 de julio de 2013

En Alguna Calle de Tucuman


No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo.
(Oliverio Girondo en alguna calle de Tucuman)

sábado, 18 de mayo de 2013

Tardes de Quimera.

Mis largas y soleadas tardes
ansiosas y quejumbrosas
tan colmadas de soledad
desiertas y sin alma
esperando algo que no sucederá,
Se sientan en el patio
ven un hombre pasar
todo en la mente juega
el tipo ha de saludar,
pregunta la hora
y si gustan un paseo dar
de la mano corretean por el parque
un helado degustan al coquetear
hablan de un pueblo imaginario
y saludan a quienes no están,
cae la noche y la brisa hiela
pestañeando las tardes despiertan
desorientadas miran a su alrededor
nunca un hombre existió
se desploman a llorar
son una figura incierta
un par de horas colgadas
una vuelta al mar,
Mis largas y soleadas tardes
hoy han vuelto a respirar
soñaron un rato
y ahora no paran de llorar
quiero acompañarlas
pero indignadas ellas se van,
he perdido a mis amigas
ya para mí no hay lugar.



- Julieth Caicedo.
https://www.facebook.com/JuLica90

sábado, 1 de diciembre de 2012

"Una mujer infiel yo se que huye de una cárcel, otra película es cuando el infiel es el".


  • No importa cuantos amantes tengas, a el debes hacerlo sentir que es el mejor, no el único solo el mejor.
  • Tus caricias serán las mas tiernas, tus gemidos los mas excitantes, sus cenas las mas románticas.
  • Siempre deberás ocultar a tu amante, no importa cuantas veces visite tu casa, nunca has de presentarlo entre tus amigos ni siquiera entre los mejores, al final siempre podrás tener como excusa que es alguien que conociste hace poco, un compañero de trabajo, el novio de tu mejor amiga, un alguien que no es nadie.
  • Olvidale una semana, si el hace lo mismo es porque seguramente estará amando a alguien mas, se paciente ya llegara tu turno.
  • Háblale de tus problemas, pero no le agobies, háblale de tus alegrías  pero no te festejes, al final tu amante esta para aquello que ya no encuentras en tu hogar.
  • Las escenas de celos están prohibidas, ustedes no son nada.
  • Sus mensajes siempre te sacaran una sonrisa, sus llamadas las únicas que te harán escapar de una cena con tus suegros.
  • La lujuria sera su idioma, aprende a conversar en la cama.
  • "Te quiero" o "Te Amo", son frases vacías, se consecuente con lo que dices.
  • Nunca, ni aunque termine tu relación  podrás formalizar con tu amante, seguramente en ese momento, dejaras de amarlo.

Yo me opongo

Y mientras una pareja disfrutaba de lo que debía ser el día mas feliz de sus vidas, yo sufría con horrores lo que debe ser la mas aborrecible (para mi) de las tradiciones católicas  una a una fueron presentadas en medio de una normal eucaristía de domingo cuyo sermón machista, después de una lectura de una biblia machista fueron las razones para que los problemas no nos atribulen; se genera una sonrisa hipócrita en las caras de los asistentes mientras el rito comienza y a cada palabra del sacerdote mi cuerpo sufría retorcijones, escalofríos y sufría bajo la mirada impávida de la anciana de junto que me observaba incomodo sin comprender que no soportaba el error que a mi parecer se estaba cometiendo en el recinto.

Como es posible que las personas puedan felicitar y abrazar con tanto cariño a la persona de la que hace pocas horas dijeron cuanto improperio encontraron, me es imposible ver con beneplácito la locura que se llevaba a cabo, esperar horas y horas para recibir una "bendición" en la cual se sellan las vidas y se pierde la noción de amor por reemplazarla bajo la noción de relación.


Evite ver las sonrisas ilusionadas de las mujeres que visitaban el recinto, admito que las fuerzas que recibí para soportar semejante acto debieron ser divinas, pues la siguiente escena no mereció los aplausos recibidos, no mereció la alegría supuesta de los participes, no puedo aseverara con seguridad que debió merecer, pero en aras de ser lo mas tolerante posible procurare no decir mucho mas, una ultima cosa debo aclararles, esto no es una novela, nunca me dieron la oportunidad de decir :


"Yo me opongo".